jueves, 25 de noviembre de 2010

Suceder

Y el viento le dijo que no, escupió, y enfrentando la barbilla a los labios se olvido de lo ocurrido. Ese danzar de corral poco le sirvió para apartar la niebla de su cráneo a puñetazos, se desvanecería antes de que se saliera con la suya. baby el viento nunca se ha equivocado silbando, y ese día se choparía, y no porque fuera a llover, si no porque la tormenta la creo en su interior mientras la vida se encojia de hombros al verla y hacia lo que debía de hacer,suceder.

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